sábado, 29 de agosto de 2009

Acuerdo bajo la mesa.

Así calificó el Presidente peruano Alan García a las conversaciones que mantienen el gobierno chileno y boliviano. Estas negociaciones estén enmarcadas en una agenda secreta, que, según se sabe extraoficialmente, contiene 13 puntos a tratar y una de ellas se refiere a la aspiración boliviana de una salida al mar. El Perú con todo derecho pide que estas conversaciones sean de conocimiento público y que nuestro país esté debidamente notificado e informado del contenido de esta agenda. Esta denuncia del Presidente García causó escozor en el lado chileno e irritación en Evo Morales. Pero, luego tuvo que bajar el tono y optar por una actitud más conciliadora, pues Morales al estar negociando una agenda con Chile sin informar al pueblo boliviano, ha hecho que éste se sienta de alguna forma traicionado, y como consecuencia, algunos sectores que lo han estado apoyando pueden retirarle su respaldo.
Cuando Perú presentó ante la Corte de la Haya la demanda por los límites marítimos, la reacción del gobierno chileno fue la de hacerse los ofendidos reclamándole al Perú por su actitud "poco amistosa". Pero, a la vez pusieron en marcha la estrategia de atraer para sí a Evo Morales para respaldar la posición chilena, y lo ha conseguido totalmente. El Presidente boliviano se comporta ante su par peruano de manera grosera e insultante y algunas veces estas ofensas también han alcanzado al pueblo peruano. Sin embargo, este señor que es insolente con el Perú, se comporta cándida y sumisamente con la diplomacia chilena que lo está "paseando" de un lado a otro.
Para los chilenos tener a Evo Morales "bailando la cueca" ha sido relativamente sencillo, por dos factores: su odio enfermizo a todo lo que sea peruano (o sea su antiperuanismo) y su escasa o nula preparación intelectual y académica.
Lamentablemente existen muchos países pobres que gastan millones en organizar procesos electorales y terminan eligiendo presidentes como este.
Alpha-Alberto.